Lugares para visitar en Colan
Hacia el sur de Talara, se encuentra la apacible y tradicional playa de Colán.
Día 1: llegada y alojamiento
Aterrizamos en la ciudad de Talara unos minutos antes de las cinco de la tarde. En el mismo aeropuerto conseguimos un taxi que nos llevó a nuestro destino en Colán. Tardamos poco más de una hora en llegar, la hora perfecta para disfrutar del atardecer en esta tranquila playa.
Aunque esta playa no es tan popular como Máncora, tiene una buena variedad de hoteles. Nosotros elegimos el hotel El sol de Colán, que está ubicado frente al mar, tiene piscina, un bar y un restaurante. Las habitaciones matrimoniales cuestan S/. 150 o S/. 110, dependiendo si es temporada alta o baja.
Otra buena opción de alojamiento es el Sunset Bay, ubicado a un extremo de la playa menos concurrido, aunque sus precios son un poco más elevados: entre US$ 120 y US$ 250. También se puede optar por Bungalows Spielberg, a una cuadra de la playa, cuenta con piscina y sus tarifas están entre los S/. 150 en temporada alta, con 10% de descuento en temporada baja.
En nuestra primera noche decidimos descansar y nos quedamos en el hotel, donde también disfrutamos de unos tragos en el bar y cenamos en el mismo restaurante.
Día 2: la iglesia de San Lucas y la playa
En nuestra primera mañana en Colán visitamos la Iglesia de San Lucas, una de las más antiguas del Perú y Sudamérica. Está ubicada a unos minutos de la playa, a la entrada al balneario La Esmeralda.
Quisimos ir corriendo a la playa, pero antes recargamos energías con un delicioso cebiche. Por la tarde, y como nos habían recomendado en el hotel, fuimos a disfrutar del sol, la arena y el mar, que es más cálido que en Lima. Un tip súper importante: entra al mar arrastrando los pies para evitar pisar las rayas. Esto sirve para ahuyentarlas y que no nos piquen. Sin embargo, en caso de una picadura mucha gente del pueblo sabrá ayudarte.
Por la noche optamos por un plan tranquilo, fuimos a tomar unos tragos en el pueblo. La gente, turistas y locales, suele reunirse por las noches en la tradicional Bodega Camacho, donde se puede conversar con viajeros y tomar unos tragos. Si hay mucho entusiasmo, algunos hasta bailan. Cerca de la bodega, se encuentra la Pizzería Lucas, donde preparan exquisitas pizzas artesanales; también hay bares y discotecas donde seguir la noche.
Día 3: paseos en moto acuática
Antes de regresar a Lima, decidimos disfrutar el mar de Colán de una manera distinta. Fuimos a la playa y alquilamos motos acuáticas para recorrer la bahía. El paseo nos permitió apreciar mejor el paisaje, y hasta sacó al competidor que llevamos dentro e hicimos unas carreritas. Antes del almuerzo, tomamos nuestro último baño de sol, como para despedirnos de la que se convirtió en una de nuestras playas favoritas.
Igual que en nuestro segundo día, almorzamos en uno de los restaurantes del pueblo. Lo mejor de esta ciudad es que el pescado siempre es del día y la sazón siempre cumple. Al terminar, tuvimos que despedirnos de Colán. Todavía nos quedaba el viaje en auto hasta Talara, donde tomamos nuestro avión de regreso.
Un tip: si buscas más opciones de restaurantes, puedes ir a la vecina ciudad de Paita, ubicada a sólo 15 minutos; un taxi te puede llevar por S/. 10 o S/. 15.