Viaja y conoce la Piscina natural de Betania



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Siempre es gratificante ingresar a una piscina, pero esta experiencia no se compara en lo más mínimo con entrar a las aguas de Betania, una fuente de agua natural rodeada de un bello paisaje.

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Esta caprichosa formación de la naturaleza está en la región natural de la selva baja, en el curso superior del río Samaireni, dentro del territorio de la Comunidad Nativa de Betania, en Junín. Tiene 20 metros de largo por seis de ancho, además de pequeñas cataratas de tres metros que decoran y alimentan de agua esta gran alberca. En los bordes cuenta con lajas de piedra, que se ubican a modo de losetas.



Llegar demanda entusiasmo y paciencia, pues el viaje vía terrestre y fluvial es largo (18 horas) y las comodidades escasas. Sin embargo, llegar a Betania, ingresar en la piscina natural de cuatro metros de profundidad en su parte más honda y ver la belleza de la naturaleza circundante, es la justa recompensa para el espíritu aventurero del visitante. Si deseas hallar datos adicionales, revisa nuestra sección más info.

Rutas

De Lima a Satipo, en Junín, el viaje dura ocho horas aproximadamente. Allí se debe tomar un colectivo hasta Puerto Ocopa, donde es necesario abordar una embarcación marítima que lleve al viajero a la comunidad asháninka de Betania. Precios referenciales: Lima – Satipo: S/.30; Satipo – Puerto Ocopa: S/18; Puerto Ocopa – Betania: S/35.

Más info

Como ya se indicó, esta piscina natural se encuentra muy cerca de la Comunidad Nativa de Betania, un pintoresco asentamiento humano rodeado de la abundante y bella vegetación de la selva baja. Está integrada por aproximadamente 200 familias asháninkas.



Al permanecer en esta comunidad, el viajero puede experimentar el turismo vivencial, pues la población mantiene firme sus costumbres ancestrales. Por ejemplo, es posible apreciar cómo confeccionan su vestimenta y artesanía, realizan curaciones con plantas medicinales o bailan sus danzas típicas.

El jefe de la comunidad es el encargado de ofrecer cualquier tipo de ayuda y guía a los visitantes, pues no hay hoteles ni restaurantes. Allí también se podrá probar los platos típicos de la zona, así como observar la flora y fauna del lugar a través de visitas guiadas y navegación por el río.



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