Casa de Lolo Fernández en Cañete

La Casa Hacienda Hualcará, conocida popularmente como la “Casa de Lolo Fernández”, es el lugar de nacimiento y primera residencia de Teodoro “Lolo” Fernández Meyzán, máximo ídolo de Universitario de Deportes y uno de los futbolistas más emblemáticos de la historia peruana. Ubicada en el centro poblado menor de Hualcará, distrito de San Vicente de Cañete, esta antigua hacienda virreinal conserva aún la atmósfera rural donde creció aquel niño que llegó a ser leyenda del fútbol nacional.

Orígenes y contexto histórico

Erigida en el siglo XVIII, la Hacienda Hualcará formaba parte del extenso latifundio administrado por la familia Fernández Cisneros. En este entorno de campos de algodón, caña de azúcar y huertos frutales, nació Lolo Fernández el 20 de mayo de 1913. Hijo del administrador de la hacienda, Tomás Fernández, y de Raymunda Meyzán, ama de casa, Teodoro fue el antepenúltimo de ocho hermanos. Su infancia transcurrió entre labores agrícolas, juegos con balones de vejiga de cerdo y las estrechas habitaciones de adobe y quincha.

Las construcciones originales de la casona reflejan la arquitectura tradicional costera: muros de adobe, techos con tejas de barro, vigas de algarrobo y columnas de madera. En su interior, un zaguán conecta las salas principales con corredores y patios donde se cultivaban hortalizas y se resguardaba el ganado menor.

La casa hoy: estado de conservación

Tras el terremoto de Pisco en 2007, la estructura sufrió daños considerables. Varias secciones del techo colapsaron y muchos muros muestran grietas profundas. La falta de una restauración integral ha dejado a la casona expuesta a la intemperie y al vandalismo: escombros, grafitis con su nombre y acumulación de desechos invaden los espacios originales. Pese a ello, persisten fragmentos de la chimenea, fragmentos de mayólicas en el baño y vestigios de los pisos de ladrillo, que aún delatan la distribución de las estancias donde jugaba el niño Lolo.​

La “Ruta de Lolo” y su rescate

Motivados por homenajear al “Cañonero”, los hinchas de Universitario y la municipalidad de Cañete promovieron la Ruta de Lolo, peregrinaje oficial reconocido en normas legales como festividad regional. Cada tercer domingo de mayo, centenares de seguidores viajan desde Lima para rendir tributo en el hogar natal y solicitar apoyo para su conservación. Durante estas visitas se organizan micro-museos con objetos de colección, charlas sobre su vida y firma de autógrafos por excompañeros de club.

Además, iniciativas de colectivos locales y autoridades del Gobierno Regional de Lima han planteado proyectos para convertir la casa en un centro cultural y turístico, que combine visita guiada, museo interactivo y talleres de narración oral sobre la huella de Fernández en el valle de Cañete.

Experiencia de visita

Aunque no existe todavía un circuito de turismo formal, quienes llegan a Hualcará pueden recorrer:

– La fachada principal, con arco de entrada abatible y restos del escudo familiar cincelado en piedra.
– El zaguán, espacio de paso hacia el patio de juegos donde Lolo aprendió a patear descalzo contra los muros.
– El dormitorio original, señalizado con paneles que describen anécdotas de su infancia y primeros botines fabricados artesanalmente por su madre.
– El antiguo comedor y la cocina, donde se reunía la familia alrededor del fogón de leña.
– El terreno contiguo, donde existía el campo de fútbol improvisado y un pequeño canal de riego que regaba los campos de algodón.

Para acceder, es necesario contactar con Edilberto (cel. 965772423), quien funge como celador y guía improvisado, ofreciendo un recorrido detallado por S/ 20. Se recomienda llevar calzado cerrado para caminar sobre escombros y repelente de insectos por la vegetación circundante.

Impacto cultural y comunitario

La Casa de Lolo Fernández trasciende su valor arquitectónico: simboliza el origen humilde de un héroe nacional y refuerza el orgullo identitario de Cañete. En un valle históricamente ligado al cultivo y a la migración obrera, la figura de Fernández representa la superación personal a través del deporte. Su natalicio despertó la creación de la primera peregrinación futbolística oficial del Perú, consolidando un legado que une generaciones de hinchas y comunidades locales.

La reinstauración de la casona como museo y centro cultural promete generar empleo turístico y salvaguardar la historia oral de los pobladores de Hualcará. Además, serviría como sede para talleres de arte, exposiciones de fotografía histórica y pequeños eventos deportivos base, revitalizando la economía rural y fomentando el turismo comunitario.

Desafíos y perspectivas

El principal reto es la falta de financiamiento para la restauración integral, imprescindible para evitar el colapso definitivo. La colaboración entre el Ministerio de Cultura, el Gobierno Regional de Lima, el club Universitario y organizaciones de hinchas resulta clave. Un plan maestro debería incluir:

  1. Evaluación técnica de daños estructurales y refuerzo de muros.
  2. Intervención arqueológica y documentación del patrimonio inmueble.
  3. Diseño de un museo temático con espacios de exhibición de uniformes, fotografías y trofeos.
  4. Creación de un centro de interpretación de biodiversidad local y prácticas agrícolas tradicionales.
  5. Programa de actividades comunitarias que vinculen a jóvenes e instituciones educativas.

La Casa Hacienda Hualcará, hogar natal de Lolo Fernández, es mucho más que un edificio en ruinas: es el punto de partida de la leyenda del “Cañonero” y un símbolo del potencial transformador del deporte. Su rescate y puesta en valor constituyen un imperativo cultural para preservar la memoria colectiva de Cañete y ofrecer a las futuras generaciones un vínculo tangible con sus raíces futbolísticas. Convertir esta residencia en un destino turístico y educativo reforzará el legado de Lolo Fernández y generará un impacto positivo en la comunidad local.

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